Tras haber doblado al fin el Cabo de las Tormentas, nuestro crucero de verano prosigue su deriva a lo largo de un mes de julio que promete ser ardiente, intenso y pegajoso como un helado en manos de un niño. La temperatura es caliente, caliente con un ciento por ciento de probabilidades de pasión. No tienes más que mirar alrededor: para derretirte de tentación como un polo de limón sobre el asfalto de Georgia. Por eso el verano es cruel, porque es demasiado sexy.
1 comentario:
Me apunto a ese verano sexy!!!!
Cuánta crueldad se esconde en las terrazas... ¿Existe algo más cruel que unas sandalias de tacón?
Dior...
Un beso Pallol
Publicar un comentario