























Dos criptas distintas pero complementarias, una consagrada al eterno reposo y la otra a la diversión funeraria.
Y como no puedo dejar de hacer travesuras conceptuales, mezclé una con otra y puse a todos estos muchachos de pinta tétrica y espíritu lúgubre a pisotear sepulcros.
Con muy poco respeto, todo hay que decirlo.
Y más teniendo en cuenta que pertenecen a gente muy respetable.
A mí esto me da igual.
Lo importante es que he conseguido el efecto.
Porque ¿acaso hay algo más gótico que bailar sobre unas tumbas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario