domingo, 16 de diciembre de 2012

Kaboom


Kaboom es la onomatopeya inglesa para una explosión y suena a como debería llamarse en realidad la capital de Afganistán.
Kaboom es también una variedad sativa de marihuana que es, por sus características, la que mejor me iba a sentar, esto ya me lo digo yo sin ser mi médico de cabecera.
De efectos altamente benéficos, estimularía mi creatividad y mi energía y me pondría eufórico y feliz. Justo lo que necesito. Mi poción mágica. Mi combustible. Esta yerba lleva escrito mi nombre en sus cogollos. Hemos nacido el uno para el otro, para casarnos en Las Vegas y vivir un romance sin fin.

Lo cierto es que, si viviera en EEUU, sería mucho más fácil ese encuentro romántico. Especialmente si lo hiciera en uno de los 18 estados -más el distrito de Columbia- donde está permitido su uso medicinal o terapéutico.
Y no te cuento ya si eres residente de uno de los dos estados, Washington y Colorado, donde se ha legalizado su uso recreativo.





En cualquiera de estos afortunados casos, no tendría más que entrar en esta web, localizar los dispensarios autorizados más cercanos, buscar la Kaboom entre sus existencias y, de tener suerte, encargarla: desde un gramo hasta 28, que forman una onza, la cantidad máxima autorizada para consumo personal a mayores de 21 años.

Para todas y cada una de las cantidades se indican los precios y se asegura su entrega a domicilio en menos de una hora.
Esto suena a paraíso en la tierra. Pero existe y es real.
Es más, y para terminar de hacer tu felicidad completa, también la tienes disponible en app para tu Android o iPhone.





Los dispensarios ofrecen también otros productos relacionados con el cannabis. Entre ellos los de repostería, lo que permite que te puedas dar un homenaje regalándote un brownie de la risa o una tarta de cumpleaños con bizcocho misterioso y customizada a tu gusto, con las frases y dibujos que quieras.

Con todo, lo más atractivo de leafly.com es cómo se presentan las distintas variedades de maría, ordenadas como en una tabla periódica de elementos, con la misma belleza, claridad y sencillez: mediante iniciales helvéticas y en recuadros de color (según sean híbridas, sativas o índicas).
Una vez localizada la que te interesa, solo tienes que hacer clic en su recuadro et voilá, se abrirá una pantalla en la que se la describe, puntúa sobre 10 (según valoración de los usuarios) e informa acerca de sus usos médicos, sus efectos y sus aspectos negativos o sombras: en la mayoría de los casos, en cabeza de esta lista de síntomas está 'boca seca'.
Aunque tampoco voy a mentir, con alguna que otra se presenta también riesgo de alucinaciones.
Así que buen viaje.





Tomemos la variedad Bubba Kush, por ejemplo.
Los efectos que produce son como un sancocho sabrosón de pecados capitales y estados de ánimo envidiables: pereza, gula, euforia y felicidad.
Como de costumbre, lo único malo es que deja la boca como una chancla, nada que no se pueda solucionar mediante una buena hidratación labial, un vaso de agua a mano o, ya en plan sibarita, una copita de champán.



Mi elección, de todos modos, la dejé clara desde el principio: la Kaboom -me imagino el pelotazo, con un nombre tan descriptivo-.

Y de una cosa a la otra, Kaboom, esa onomatopeya de detonación, suena también a la América más negra, la de las masacres en institutos, escuelas, universidades, mítines políticos y estrenos de cine.
Pero de esa América que regularmente nos sobrecoge y horripila, capaz de producir las mayores atrocidades, también nos llega esta otra que es avanzadilla social, que cumple su papel de Miss Liberty iluminando al mundo, la del progreso en los derechos civiles.
La de la libertad personal bien entendida.



Esta web es ejemplo de otra América, la comprometida con la verdadera libertad individual, la que tiene como referencia a Thoreau y Jefferson y no a Jesucristo.
La América donde cual hace de su capa un sayo mientras no perjudique a los demás, y es esta América bendita la que a veces abre un tunelito en la oscuridad de su larga noche puritana.
Pero esta web es también algo más: es el escaparate digital de todo un cambio de paradigma, el signo definitivo de una apertura mental de la sociedad hacia el consumo de cannabis.
Al menos la de Estados Unidos, donde más del 50% de sus ciudadanos están a favor de su despenalización total.

Es el heraldo de la normalización de un hecho social incontestable que, por mucho que algunos insistan, de sórdido no tiene un pelo y, desde luego, resulta bastante menos truculento y escabroso que el tráfico y la posesión de armas.
Porque la realidad, una y otra vez, lo demuestra tercamente: es mucho más inofensivo tener una plantación de maría en casa que un arsenal de armas.
Como también es mucho menos amenazador y potencialmente agresivo para la convivencia fumarse un canuto de yerba que llevar a todos lados una semiautomática.

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