jueves, 16 de febrero de 2012

viernes, 10 de febrero de 2012

Más que recortes, retoques


Sí, ya sé que la Iglesia -por fin- parece haber hecho serio propósito de enmienda, pero el daño ya está hecho. Y es muy grande. Su imagen se ha deteriorado demasiado, su credibilidad está por los suelos y la labor de RR.PP. que tienen que hacer para reparar esto es inmensa.

Para ganarse a una opinión pública escandalizada podían empezar por aquí. Por este relieve de San José de Calasanz en el patio de los Escolapios de Pozuelo de Alarcón, junto a la capilla.
Tal como aparece ahora, es toda una provocación. Antaño, no lo discuto, seguramente debía conmover, pero ahora, con el historial de pederastia que tienen, la percepción ha cambiado y tanta ternura por los críos resulta sospechosa.
Está claro que San José de Calasanz era de los que también le gustaban que se le arrimaran los niños pero ahora, después de todo lo que ha salido a la luz, es inevitable preguntarse hasta qué punto.

Con la multitud de casos de abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes y formadores religiosos en todo el mundo, una imagen como esta ahora mismo de inocente tiene muy poco. Uno ya no puede contemplarla de la misma manera. Tiene un trasfondo muy sucio. Lo que te sugiere son cosas muy feas.


Con esta imagen deberían hacer como con los libros de Mark Twain, en los que cambian la palabra 'nigger' por 'esclavo', o esas fotos antiguas de la Garbo, de Coco Chanel, de Bogart o Sartre de las que borran el cigarrillo de su boca, de sus dedos o de su boquilla.

Si yo fuera la Iglesia y quisiera reconciliarme con una sociedad asqueada, tendría reflejos, sería valiente y actuaría. Este relieve está pidiendo a gritos una intervención. Que lo retoquen. Con un Photoshop ético. Tapar o quitar lo que incomoda al pudor, como hicieron con los genitales de la Capilla Sixtina. En este caso, los niños.
Para que no quede el conjunto así como mutilado, se le puede poner a la figura central un botijo o una pizza familiar en el brazo y sustituir al niño de pie por una maceta con ficus o un robot de Sony.
No se trata de ser iconoclasta porque sí. Es una cuestión de sensibilidad, decencia y buen gusto. Este relieve es de todo menos políticamente correcto. Puede herir muchas susceptibilidades. Hay que limpiarlo de toda connotación negativa. Y eso implica que los niños deben desaparecer. Tal como está, resulta de una desfachatez ofensiva.
Las víctimas de tanto desaprensivo con sotana se merecen más respeto.

viernes, 3 de febrero de 2012

Todo tiene un precio


-Mire, si le parece bien, le voy a envenenar a su perro, le voy a estrangular a su madre, le voy a inyectar el virus del Ébola y, finalmente, le voy a defecar en la cara y mear en un ojo. Esto último solo por darme gusto.
-Hum... Y todo eso, ¿generará trabajo?
-150.000 empleos, entre directos e indirectos.
-Ah, pues entonces sí. Vamos, sin dudarlo.