jueves, 26 de septiembre de 2013

Señales de una crisis interminable

















Cómo estará de desesperada la gente en este país que ya dejan sus currículums hasta en los pasos de cebra.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Toy story IV

SINOPSIS:

Juanito, que ha dejado de llamarse así para convertirse en Juan, ha tomado una decisión drástica: deshacerse de los juguetes de su infancia, a los que ha metido en una caja de cartón y ha abandonado en la calle.

Juanito, que fue un niño adorable, ahora que es adolescente se ha portado como un desalmado.
Será el pavo, la tontería de la edad, que te vuelves arisco y difícil, el caso es que sus juguetes no dan crédito.
Primero porque, en vez de tirarlos a la calle, podría haberlos llevado a algún centro para que se entregaran a familias necesitadas y así seguir cumpliendo su función: llenar de alegría e ilusión la vida de otros niños.
Muchos de los juguetes están todavía en buen estado. ¿Por qué no les dio una segunda oportunidad?

Tampoco se explican que se haya deshecho con tan malas formas de ellos, unos juguetes que han sido, durante años, sus más leales compañeros de juegos.
Unos juguetes que ahora están tristes, desahuciados, y que, en cuanto nadie pase por la calle, dejarán su postura estática e inexpresiva y cobrarán vida para quejarse amargamente por su destino y por lo ingrato que ha sido Juanito, que les ha impuesto un ERE brutal después de años de servicio.

Indignados, y con motivo, resuelven primero formar una asamblea donde discutir el nuevo escenario y plantear soluciones.
Seis horas después de intenso debate, decide tomarse la primera medida: hacerle un escrache en la puerta de casa a Juanito.

A esta acción le seguirán trepidantes aventuras que harán las delicias de grandes y pequeños y que incluirán antidisturbios, risas y lágrimas, tertulianos de derechas reclamando la ilegalización de todos los juguetes por etarras, protestas formales de la embajada china, romances imposibles entre superhombres de plástico y muñecos de peluche y un giro final inesperado que demostrará de una vez por todas que, con los juguetes, no se juega.