"Tu tranquilidad espiritual nunca, pero nunca jamás, puede depender de otra persona.
Si dejas que dependa de otra persona, siempre sales muy mal parado. Puede que no a la primera de cambio, pero tarde o temprano. Hay que aprender... No sé, hay que aprender a vivir con uno mismo.
Hay que aprender a abrir las sábanas y a poner la mesa para uno solo sin sentirse patético. Hay que ser fuerte y estar seguro y contento con uno mismo, y no dar nunca la más mínima impresión de que no puedes soportarlo sin esa puta compañía.
Hay que empeñarse en fingirlo."
(Armistead Maupin, "Nuevas historias de San Francisco")
1 comentario:
hay cuánta razón tienes en este post y cuánta miseria de relación hay en este país!
Publicar un comentario