jueves, 7 de agosto de 2008

Controlamos todos tus pasos



Por dónde andas. Por dónde te mueves. Por dónde pasas.
Cuando entras y sales del banco, del centro comercial, del juzgado, del metro, del estadio.
Observamos lo que haces en la oficina, en el museo, en la gran superficie, en el súper del barrio, en la tienda de lujo.
Sabemos lo que estás haciendo.
Nada escapa a nuestras cámaras, estratégicamente situadas para no perder un solo plano de la secuencia de tus movimientos.
Te espiamos a todas horas, por todas partes.
Sólo se nos resiste la intimidad de tu hogar, el interior de tu casa.
Por el momento.
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Más te vale no dar un mal paso.
Gracias a nuestros miles de ojos que todo lo registran, sin interrupción, en cualquier instante, podremos identificarte fácilmente minutos antes del atraco a la sucursal o de la explosión en la estación o en el aeropuerto.
Sabremos además que fuiste tú la última persona a la que se vio con la niña desaparecida, en el barullo del centro comercial o en el solitario parking del establecimiento.
En las imágenes se verá con claridad cómo te la llevabas de la mano, cuando todavía estaba viva...
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Ándate con cuidado; hay pocos puntos muertos.
Hagas lo que hagas, serás filmado.
A no ser que quieras ser una estrella del crimen.
En ese caso, nada más fácil que triunfar en la televisión.
La televisión, puntualizo, de circuito cerrado.

3 comentarios:

ciudadanoe dijo...

sabes q en las vacaciones empecé a leer 1984?! q casualidad...también coincide q quería hacer un post sobre la videovigilancia de los espacios públicos en ciudadano...

mencanta cuando los mundos se cruzan con inspiraciones diversas. macuerdo de usted. besis

David Pallol dijo...

Es curioso... Ayer vi "La vida de los otros" y me pareció estar viendo una película de ciencia-ficción, una especie de versión retrofuturista de "1984" con una estética desolada de pardos, marrones y grises.
Y sin embargo había sido todo real, no se debía a un guión retorcido ni a una brillante dirección de arte.
Había pasado en la RDA, en el Berlín comunista, y lo más fuerte de todo es que la acción trascurre precisamente... ¡En 1984!
Está claro que, en cuanto nos descuidamos, el poder tiende al autoritarismo hipercontrolador.
Siempre, claro, "por su seguridad", que viene a ser lo mismo que "por la seguridad del Estado."

Anónimo dijo...

La ciudad moderna, con cierta celeridad se va convirtiendo en la ciudad concentracionaria. Todos somos vigilados en todas partes y os servicios de seguridad poúblicos y privados, con perros amaestrados y armamento sofisticado controlan la ciudad. Siglo XXI: ciudad concentracionaria . Con video-vigilancia y con ideo-vigilancia