miércoles, 27 de mayo de 2009

Que no pare la música



"Era el mundo, el mundo mismo, lo que quedaba fuera de su alcance, toda aquella construcción tan absurdamente inmensa, compleja, fortuita, inconmensurable, aquel infinito flujo y reflujo de relaciones humanas, políticas, culturas e historias...
¿Cómo podía aspirar alguien a dominar semejantes cosas?
No era como la música. La música siempre tenía sentido.
La música que escuchó esa noche era lúcida, reconocible, estaba repleta de inteligencia y humor, de melancolía y esperanza.
Nunca entendería el mundo, pero siempre amaría aquella música.
La escuchaba con Dios a su lado, y sabía que había encontrado un hogar."

"El club de los canallas", Jonathan Coe.

No hay comentarios: