martes, 18 de agosto de 2009

Who the fuck is fumao?



Como seguramente tú también, me he topado con su tag por todo Madrid. Algo inevitable puesto que, mires donde mires, está por todos lados. Y no ya sólo por el centro: lo puedes ver también en cualquier dirección y en cualquier rincón del barrio más apartado.
A uno en principio estas cosas no le sorprenden demasiado porque conoce las reglas del juego grafitero.
Ya sabes, una vez elegido el tag, tienes que extenderlo como la gripe A y estamparlo por todas partes; es un poco como lo de los perros con las meadas, se trata de marcar territorio.



Pero lo de fumao? (con esa característica interrogación al final) es ya una plaga de proporciones bíblicas.
Si cada tag plantado por este individuo fuera un bicho nocivo, qué sé yo, un pulgón o una langosta, lo de cuando ruge la marabunta a su lado sería un patio de colegio: el cielo de Madrid estaría cubierto por un tupido enjambre que apenas dejaría pasar los rayos del sol.
¿Os acordáis de la expresión "tiene más peligro que Willy Fog con un abono transporte"? Bueno, pues ni más ni menos que el mismo que fumao? con el suyo.



A mí, lo reconozco, me gustaría conocer a este fenómeno en persona. Más que nada para decirle, a la vez que le iba atizando una buena ración de collejas, "Pero vamos a ver, toyaco pintamonas, ¿no tienes nada mejor que hacer que esto? ¿Así de tontamente derrochas tus años de juventud?"
En fin, es su absurda elección, allá él. Yo lo único que digo es que si empleara todo ese tiempo y energía en algo de más provecho, quizá su manía nos parecería menos irritante.
El tipo, no lo niego, potencial tiene. Por ejemplo, dado lo tenaz que es, y a poco diplomático que sea, se le podría poner a mediar entre israelíes y palestinos.
O, ya que le gusta tanto patearse la ciudad, que de paso reparta por las casas las famosas bombillas de bajo consumo.
Así al menos su misión sería doble y con una de ellas prestaría algún servicio a la sociedad, que una dosis de altruismo nunca viene mal para contrarrestar tanta egolatría.



Bromas aparte, este afán narcisista de garabatear tu tag por toda la geografía urbana a veces me resulta claramente patológico, uno de esos nuevos trastornos profundos de personalidad que trae la vida moderna, como la vigorexia, la ortorexia o la tanorexia.
Pero ¿esta "rexia"? ¿Cómo llamarla?
Que algún especialista le ponga el prefijo griego correspondiente y empieze ya a prescribir un posible tratamiento antes de que sea demasiado tarde.
Porque, como esto siga así, cualquier día nos levantamos y encontramos su tag en el espejo del baño empañado, o se lo veremos en la frente, mientras nos cuentan las noticias, a Matías Prats, a Lorenzo Milá o al transexual que acompaña a Hermann Tetrsch en el diario de la noche de Telemadrid.
¿Que exagero? Ya me gustaría, pero no. Fumao? ha demostrado no tener escrúpulos ni respetar nada en su infatigable carrera por escribir su firma por todo Madrid y aledaños.
Hay que actuar antes de que haga más daño y fumao?, sea quien sea el misterioso autor o autora de este tag cojonero, pierda el sentido de la realidad y definitivamente se desmande.
Y otro día, ya puestos, hablamos de Farlopa...

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