miércoles, 13 de julio de 2011
Hipnodominación
El nombre de la nueva tendencia sexual dentro del amplio abanico BDSM.
Me decía uno hace años que lo que diferencia al ser humano de los animales en cuanto al sexo es que el nuestro es más mental, de ahí tanta filia y fetichismo, toda esa inventiva y fantasía, los juegos y la creatividad.
No nos limitamos a un mero acoplamiento sin más. Bueno, sí, los ultracatólicos y otros fanáticos religiosos, que consideran perversiones lo que no es sino la expresión mucho más rica y compleja de la sexualidad humana, que no puede limitarse a A y B y a la postura del misionero, porque reducirla a eso sí que es completamente antinatural.
La naturaleza supera con largueza ese esquema tan simple, hasta los animales tienen elaborados ritos de cortejo.
Y mucho menos entiendo a un dios que nos crea con un cerebro grande y sofisticado y pretende que nos conformemos con chingar como los perros, sin echarle más picardía ni imaginación al asunto.
Mucho libre albedrío, mucho libre albedrío, pero en la cama parece que no. A ver si es que Dios lo que tuvo fue una mala experiencia sexual y pretende que nosotros, sus criaturas, paguemos el pato.
De los resentidos solo puedes esperar que te amarguen la vida.
Pero volvamos con esta nueva tendencia sexual, la hipnodominación, que lleva la sumisión al extremo de anular completamente la propia voluntad.
Voy a ser sincero: la descubrí chateando.
Le pasan cosas muy curiosas a uno chateando. Cualquier día hago una selección de greatest hits para un post. Material hay de sobra. Y da para reír y llorar, que así es la vida, una tragicomedia con fecha de caducidad.
Pues bien, chateando estaba yo cuando, de repente, me entra uno con un nick llamativo, Hipnotizameee (A partir de ahora, H).
Y este fue el diálogo que mantuvo conmigo, a partir de ahora D:
H: Sabes hipnotizar?
D: Subyugar más bien
H: En serio, sabes hipnotizar??
D: Por qué tanto interés en eso?
H: Me da morbo, tío. Que alguien controle mi voluntad más que yo mismo.
Sabes o no?
D: Y lo haces a menudo? Dejarte hipnotizar.
H: Tío, centrémonos.
No quiero divagar.
¿Sabes hacerlo o no?
(En este punto decido mentir. No para hacerme el interesante y ni muchos menos para ligar con lo que es a todas luces un friki, sino para ver a dónde lleva la conversación)
D: Sí... Pero hace muchos años que no lo hago.
He perdido práctica.
H: No pasa nada.
Si lo hacías antes puedes hacerlo, pero has de pensar tú mismo que puedes.
Esto es como montar en bici, que nunca se olvida.
D: No sé... No es lo que esperaba por aquí.
Es lo más friki que me han pedido nunca.
H: Ya, tío.
A ver, aquí en España la hipnodominación es rara, lo sé,
pero en UK, USA y Alemania es una práctica tan habitual
como el spanking o el bondage.
Se trata de que te apoderes de mi mente mediante hipnosis
y me hagas tu esclavo y criado.
D: Flipaíto me tienes.
La primera noticia.
H: Hay webs enteras del tema, como hypnotising.org.
Y en la más prestigiosa web de bdsm, recon, hay una sala de chat dedicada a esto.
D: ¿Sabe hipnotizar mucha gente en UK, USA y Alemania?
Esto me suena a invasión de los ultracuerpos con música de theremín.
H: Sí. Porque la hipnosis es algo que puede hacer todo el mundo.
Solo hay que estudiarla,
y muchos amos la estudian para controlar mejor a sus esclavos.
Conozco gente con esclavos fijos hipnotizados.
¿Tú hipnotizas o no?
D: No sé yo si estoy como para hipnotizar a nadie...
Pero gracias por la charla. Fascinante.
H: Y no quieres probarlo conmigo?
D: No sé...
Es que todo esto me pilla de nuevas.
H: ¿No te daría morbo tener un esclavo absoluto total y fijo
que tenga que obedecerte en todo?
Tío, qué indeciso eres.
Tú sabrás si te pone la cosa o no.
D: Es que es mucha responsabilidad, eso de tener un esclavo absoluto.
Además, no sería solo sexual.
H: Lo sé.
Será en todo.
Quiero entregarme por completo.
Seré tu criado y trabajaré y tú controlarás mi sueldo.
¿Quiere entonces mi amo hipnotizarme?
D: Sí (decido seguirle la corriente hasta al final).
Quiero hipnotizarte, controlarte, dominarte, poseerte,
hacerte mío de aquí a la eternidad y vuelta.
H: Sí, amo.
D: Me harás la cama, limpiarás la casa...
H: Sí, amo.
D: Irás a hacer los recados, todo eso.
H: Viviré para servirle.
D: Y el teclado del ordenador, con lengua.
Y quiero que brille.
H: Renunciaré a todo.
No volveré a ver a familia ni amigos jamás.
Imagine el morbo de hipnotizarme, que sale bien y después de eso no tengo más
remedio que obedecer todo cuanto ordene.
D: Y una última cosa: llevarás cofia.
H: Sí, amo.
¿Quiere entonces?
D: No sabes en la que te estás metiendo.
Todavía estás a tiempo de echarte atrás.
H: No quiero echarme atrás.
Quiero hacerlo.
Se lo suplico.
Por favor...
(to be continued?)
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