viernes, 24 de agosto de 2012

Around Spain in one post










Esta es una de esas ocasiones en que no debes preguntarte qué puede hacer tu país por ti sino que puedes hacer tú por tu país.

La intención de este post, como la del ministro Soria, es fomentar el turismo interior por España, por aquello de llevar una alegría en forma de eurillos a tantos y tantos establecimientos hosteleros de nuestro país que han visto desplomarse la demanda nacional.

Estoy de acuerdo con el señor ministro. Nadie sabe lo que supone para ese bar en la carretera o justo a la entrada del pueblo, de camarero adusto, invadido por las moscas y cuyos expositores de cristal con las raciones sobre la barra no pasarían una somera inspección de sanidad, que pare una familia y comience a pedir botellas de agua y bocadillos.
Supone su agosto, ya que es el mes en curso. Y con esas inopinadas ganancias, lo que hará, seguramente, es comprar más merchandising para engordar la vitrina-homenaje a los viejos buenos tiempos del Caudillo...

Esto por la España interior, en cuanto a la costa... Al chiringuito de precios abusivos que invade ilegalmente 7 metros de playa y que tiene a la mitad de sus camareros sin contrato o con uno por menos horas, también le va a venir de lujo.

El ministro Soria tiene razón. ¿Para qué viajar fuera de España, qué hermosa eres, tan rica en tradiciones y festejos matavaquillas y donde brotan las caras de Bélmez por doquier?
Es que mira que somos esnobs, cuando aquí tenemos al alcance de la mano tanta variedad de tipos y paisajes, de la costa a la montaña, del regadío al secano, del payés levantino al gañán castellano, del pijo de Sotogrande al que veranea señorialmente en Santander.

Como también tiene razón al señalar ese aliciente extra que es que España sea un mosquito-free country: es verdad que aquí de esos bichos ya no quedan, porque las lagunas y marismas en las que vivían las han desecado para convertirlas en urbanizaciones y campos de golf.
En fin, una cosa por la otra, no sé por qué se queja la gente tanto del ladrillo, cuando el ladrillo se ha demostrado como el mejor Kill-Paff.
Y en cualquier caso, los que no mata el ladrillo, los mata el fuego.

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