jueves, 26 de abril de 2018

En la fiesta de Blas

De Lezo. ¿Cuál si no? No te la has podido perder. Todos emosido invitados. Estos últimos años ha sido un no parar de celebrar y recordar al medio hombre y sus proezas. Hemos tenido a Blas de Lezo hasta en el ramen de los chinos. Y todavía tienes que leer un tuit ingenuo como este:


Angelitos. Han debido de pasar 7 años en el Tíbet. Ante tal desconexión de la realidad, me vi obligado a puntualizar:


No creo que esté exagerando. Se podría hablar de Blasploitation sin problema. 
Han utilizado su nombre hasta para bautizar una de las mayores operaciones policiales contra la corrupción. No sé hasta qué punto nuestro héroe se verá complacido de verse involucrado en estos enredos que, sin duda, mancillan su nombre. Y eso que los que lo ensucian son, paradójicamente, los que más lo invocan luego.

Nuestra clase política más apolillada, la que podría formar parte de la decoración de un parador nacional en los años 70 entre muebles castellanos y armaduras, lo suele citar. Más que a Paulo Coelho y a Winston Churchill:


Aunque su frase más conocida sin duda es esta:



Luego ellos, los ingleses, bien que se toman la revancha en Salou, Ibiza y Magalluf. Además de que no se complican la vida buscando orientación: para qué, si ya nos están meando encima.
¡Ay si don Blas de Lezo levantara la cabeza!
O a lo mejor te decía que bueno, que no dejan de ser unos hijos de la Gran Bretaña pero que activan la economía local y dejan mucho dinero.  
Vete a saber. Entramos ya en el terreno de la ficción especulativa.  

Lo indiscutible es que Blas de Lezo se ha consagrado como campeón del imperio español, pero es un campeón reciente. Sería interesante seguir el rastro de quienes fueron aupándole al pedestal de la opinión pública. De la misma manera que hicieron los de Politikon con Tabarnia, deberían usar herramientas de visualización de datos para seguir el rastro a la campaña pro Blas de Lezo. Sería interesante trackear su origen, seguir sus ramificaciones. Esto, desde luego, no ha sido nada casual.

Pero qué más da, si se ha conseguido el efecto. Hoy Blas de Lezo está más vivo que nunca. Parecía que no le quedaba mucho body para tanta marcha, pero mírale ahora: hecho todo un influencer. Tiene hasta su cuenta en twitter:



Algunos, pese a todo, no terminan de tomárselo en serio:



El humor irreverente, que no respeta nada.
Ya hay que ser descarao, cuando hoy meterse con Blas de Lezo resulta tan feo como pegarle a un padre con un calcetín sudao.
Con Mahoma no hay huevos.
Con Blas de Lezo tampoco:


Cuidado: nadie dice que esté mal celebrar a nuestros héroes, es solo que con Blas de Lezo hemos llegado a un punto de saturación. Está por todas partes. Te lo encuentras, por ejemplo, dando nombre al cole al que va una de mis sobrinas.
El mismo, por cierto, que inauguró Ignacio González cuando aún estaba por hacer



A veces da la impresión de que no puedes escapar.
Si hasta se ha ido de gira por España, vendiendo un CD con sus greatest hits.
¿Hasta dónde llegará la Blasdelezomanía?
¿Veremos un merchandising todavía más loco?
¿Un juego 'monta-tu-Blas-de-Lezo' a lo Mr Potato?
¿O a lo mejor sería un fracaso comercial por incluir pocas piezas?


Son muchas preguntas sin respuesta. Mientras tanto, don Blas de Lezo nos contempla impasible y altivo desde su pedestal, en la madrileña plaza de Colón, epicentro del españolismo frozen in time o de capa y espada (vestuario de Sastrería Cornejo). 
Es un monumento digno, aunque a mí se me queda corto. Yo le habría puesto con el miembro fuera, en la mano, meando tan chulo en dirección a Inglaterra.  
Y con chorrito de agua, como el Manneken Pis.

No solo habría sido lo más coherente, es que hoy sería una de nuestras principales atracciones turísticas. 

No hay comentarios: