miércoles, 5 de marzo de 2008

Mi vida en un pueblo nacional-católico









Pozuelo de Alarcón, Comunidad de Madrid, probablemente el feudo más pepero del mundo mundial y, según estadísticas, el municipio más rico de España.
Además de verdadera Reserva Espiritual de Occidente, añadiría yo.
No sólo porque a los oficios dominicales de 12 y 8 de su iglesia mayor, Santa María de Caná, acudan los vecinos en masa, que da gloria ver la salida de las misas con tanta familia a la antigua usanza, tan limpita, tan bien vestida y tan unida sin necesidad de tele, que sólo por ellos vale la pena crear un Ministerio de la Familia...
..................................................................
Devoción popular aparte, lo que de veras ha marcado a este pueblo es el hecho de que en él lleven gobernando los mismos desde que lo tomaron en el 39.
Ahora se les elige democráticamente, es cierto, pero por lo demás, la diferencia es nula.
Pasear por Pozuelo es como hojear uno de esos libros con los que obligaban a estudiar a mis padres la Formación en el Espíritu del Movimiento (por más que durante 40 años aquí no se pudiera mover ni el tato).
En esos libros, en primer lugar y ante todo, se ensalzaba la unidad de España y, cómo no, a los que la hicieron posible: los Reyes Católicos.
En la ideología franquista, ellos eran los héroes, la referencia patriótica por excelencia, los que originaron esa sublime idea de "Una, grande y libre."
No en vano una de las primeras cosas que hicieron fue rescatar el águila de San Juan (el denostado aguilucho), propio del escudo de los Reyes Católicos (O Erre Erre Ce Ce, que diría el iluminado de Urdaci) para simbolizar heráldicamente el nuevo amanecer de España, que en realidad era un volver al túnel del tiempo.
Un túnel, a propósito, bastante negro.
....................................................................
Del que, por desgracia, no parecen salir.
Es harto curioso que el PP recrimine al PSOE por "mirar al pasado" con la Ley de Memoria Histórica (que en verdad era justa y necesaria, como jamás diría Rouco Varela, y eso que se ha quedado corta), cuando ellos no hacen más que empacharnos con nociones antiguas y glorias pasadas.
Se trata de promover lo de siempre: "Dios, patria y rey".
Ah, y ahora "familia".
.................................................................
Allí donde gobierna el PP, la estrategia es clara: adoctrinarnos entre lo subliminal y lo descarado a los pasivos ciudadanos a base de nombres en los lugares públicos y rótulos callejeros.
Y tragamos lo que tragamos, casi sin darnos cuenta.
Como si no fuera mucho más sensato, lógico y patriota dedicar un centro de salud, en vez de a un místico del siglo XVI, a una de las muchas figuras españolas que han destacado en medicina. La lista es larga, pero se me ocurre uno a bote pronto: Miguel Servet, el médico que, por descubrir y divulgar la circulación de la sangre, fue condenado a la hoguera por el fanatismo y la ignorancia religiosa (y por partida doble: el único "hereje" en la historia al que los católicos quemaron en efigie y los protestantes, en persona).
...................................................................
Lo mismo puede decirse de las escuelas y centros educativos de Pozuelo... Anda que no habrá artistas, intelectuales, literatos y hombres de ciencia que honrar públicamente dando su nombre a un centro de enseñanza. Pues no: Divino Maestro por aquí, María Inmaculada por allá... A este paso, el siguiente cole o instituto se llamará "Rezo del Santo Rosario" o algo así...
Y luego se quejan de que con Educación para la Ciudadanía se les pretende imponer una ideología...
Tampoco es para sorprenderse, si tenemos en cuenta ese doble rasero que manejan siempre con tanto garbo y soltura.
El caso es que, así las cosas, no es extraño que partidos de la extrema derecha europea, como el Vlaams Belang belga o el Frente Nacional Francés, consideren que el PP "es el único partido de derecha que queda en Europa."
Y lo es, señoras y señores, por ser un partido portador de los valores eternos.
.......................................................
Y se esmeran en defenderlos.
Porque esta gente puede perder el dinero especulando en bolsa o el BMW Serie 3 a manos de unos mafiosos rumanos, pero lo que no están dispuestos a perder son las esencias.
Eso jamás.
Ya lo demuestra la hija de Aznar, digna cachorra de sus padres, llamando a sus hijos Rodrigo o Pelayo...
Qué chica más moderna.
......................................................
Para rematar las cosas, hace poco, y tras una entusiasta colecta, plantaron banderón rojigualdo en una rotonda del pueblo, a imitación del de la plaza de Colón y digo yo que para compensar también tanto escarnio y abandono como sufre nuestra ikurriña nacional en regiones hostiles del Imperio.
Lo cierto es que, más que reafirmar la inquebrantable españolidad del pueblo, han conseguido el efecto contrario: parecemos la colonia de una potencia extranjera.
Además de que me parece un gasto absurdo y superfluo.
Ya podían haber empleado el dinero en cosas más útiles e importantes para la sociedad: una residencia para ancianos (puesto que todas las que existen en el pueblo son privadas y carísimas), una guardería (por lo mismo) o bien un hogar donde acoger, criar y educar a los niños que salven del aborto, lo que habría sido además mucho más coherente con su manera de pensar.
Aunque si por mí fuera, en vez de bandera levantaría un monumento a Rafael Nadal.
Sobre todo a su cuerpo, esa anatomía esplendorosa, que sería un gusto verlo al modo del David de Miguel Ángel en medio de la rotonda.
Pero, como siempre, nadie me hará caso...
.........................................................
Una última cosita antes de terminar: la hoy calle de Juan Pablo II se llamaba, hasta hace bien poco, Avenida del Generalísimo.
Les ha llevado años bajarse del burro, pero al fin han corregido el agravio, aunque, por supuesto, barriendo para casa: han cedido, sí, pero sustituyendo a ese dictador infame que se niegan a condenar por el papa que venció al comunismo.
Ideológicamente todo queda en casa y la placa no resulta tan indecente.
........................................................
Queda por suprimir la calle dedicada al poco honorable de Mola, pero me temo que, en este caso, habrá que esperar a que muera Ratzinger...

1 comentario:

ciudadanoe dijo...

otra muy buena entrada de arquitectura y moralidad! habrasevisto lo q tiene q ver una cosa con la otra...hasta q pusiste el nombre al blog no había caído tanto...besis!