miércoles, 19 de marzo de 2008

Arquitectura & Inmoralidad



Desde que tengo memoria la recuerdo así.

Está al final de la calle Fernández de los Ríos, frente al Complejo Galaxia, haciendo casi esquina con Isaac Peral.

Asombrado y confundido por este último piso sin rellenar, vacío de entrañas, llegué a pensar que era la secuela de un bombardeo de la Guerra Civil, pero no podía ser posible: por el estilo la casa fue levantada después, en los años 50 o 60 del pasado siglo.

Alguna vez pensé también que a lo mejor, por falta de presupuesto, quedó a medio terminar.

O quizá se deba al capricho de un arquitecto extravagante... Quién sabe qué historia guardan esas ventanas y balcones sin cuartos detrás, absurdamente abiertos al aire, ventilando a los cuatro vientos una vivienda que no existe.

Lo cierto es que siempre me ha llamado poderosamente la atención esta fachada incompleta y patética, sin más coartada que asomar a la calle las cuencas vacías de sus ventanas, como una calavera arquitectónica.

Últimamente además, y con la crisis galopante de vivienda que sufrimos, me resulta un espacio insultante, desconsiderado, obscenamente desaprovechado.

Santiago Cirugeda debería intervenir ya.

Seguro que su creatividad encontraría una formidable receta urbana para completar este escandaloso hueco.

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